El galgo se caracteriza por ser un perro tranquilo y obediente, pero a veces toca ser precavido y utilizar elementos de seguridad con él. El bozal es el accesorio imprescindible que debe utilizar tu mascota cuando viajáis en transporte público o en las visitas veterinarias. Un bozal protegerá de un mordisco involuntario en situaciones de estrés.
Características que debe tener buen bozal
Por su anatomía, el galgo posee una cabeza estrecha lo que le facilita el poder deshacerse de un bozal que no esté pensado para él.
Acostumbrarse a llevar un bozal puede requerir de un tiempo de adiestramiento, debes tener mucha paciencia con tu mascota. Recuerda premiarlo cuando deje que se lo pongas.
Un buen bozal nunca le presionará, debe proteger sin molestar
Además de antialérgico, antibacteriano y será fácil de limpiar. Escogeremos un bozal adecuado al tamaño de su hocico, que debe adaptarse bien a su anatomía. Los tirantes o correas deben ser ajustables. La cesta debe tener espacio suficiente para que el perro pueda respirar cómodamente y poder permitir el beber y ladrar. Si posee un protector del puente nasal conseguiremos que disfrute de la máxima comodidad. Buscaremos un bozal sin cantos cortantes con los que pueda provocarse heridas o que pueda raspar su delicado hocico.
Un bozal ligero será siempre mucho más llevadero
Si el bozal escogido es de alambre, éste debe ser de la máxima calidad. Un bozal de alambre es de los más resistentes, pero un metal que se deteriore fácilmente es un peligro para tu mascota. Si por el contrario escogemos uno fabricado en nylon, debemos tener en cuenta que son más endebles pero mucho más cómodos.
Existen en el mercado muchas opciones de materiales, acabados y colores.
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